Sucedió hace unos
días
Caminaba por la calle buscando algunas
cosas que faltaban para la cena, después de recorrer varias tiendas por fin
reuní casi todo lo que buscaba y cuando me disponía a regresar a casa, fuera de
la tienda con una gran vidriera que acababa de visitar estaba un señor de mediana
edad algo regordete, más bien alto de estatura, vi que fumaba con
desesperación.
Ya lo había visto un rato antes cuando pase
camino a otra tienda una cuadra adelante
de donde él estaba, puesto que no encontré todo ahí, busque en la tienda de
la gran vidriera sin tener éxito, desesperado por no tener todo lo que necesitaba,
camine frente al ventanal y pasé junto a la tienda y por lo tanto a un lado del
fumador
Él se acerca y se presenta, me pregunta
que si tengo un ratito quiere comentarme algo, le dije que no disponía de mucho
tiempo pero él siguió fumando y hablando:
-“Quiero pedirte un consejo, creo que mi esposa está con otro hombre
en este momento”.
Por un momento quedé
desconcertado sin saber que contestarle, traté de pensar rápido y después de
reflexionar un poco le dije lo primero
que me vino a la mente, pensando más en las pimienta que no lograba encontrar, por la hora que era no podía acudir a la tienda cercana donde
posiblemente fuera fácil conseguir todo lo que buscaba que en su problema.
Le repetí que no disponía de mucho tiempo,
pero de todas formas no quise retirarme sin darle mi opinión, lo vi tan desesperado
porque en ese momento él ya había encendido otro cigarrillo y se notaba tan desesperado,
mucho muy desesperado y lo que se me ocurrió fue decirle.
“Te casaste con ella porque la querías, me
imagino que tienen hijos que quieres, creo que es posible la hayas engañado más
de una vez; entonces si la quieres como se nota que así es, “ignora el problema
y trátala con mucho cariño, reconquístala.
Me despedí con una sonrisa y
afortunadamente en la siguiente tienda encontré lo que me faltaba, llegue a
casa, terminamos la cena y termine el día con una grata sensación.