mis amigos

13 de febrero de 2022

FEBRERO

 

 

 

  



 

 

            Los días transcurren lentos, diría yo que un poco melosos, es el mes de febrero y de alguna forma se siente que cupido, anda suelto y haciendo sus travesuras, que sus flechas pasan zumbando muy cerca; el aroma dulce de las flores que se adelantan artificialmente a la primavera penetra mi olfato y aletarga mis pensamientos; una lluvia ligera se vuelve cómplice de los enamorados juntándolos muy unidos en un abrazo apretado bajo el paraguas con la excusa de no mojarse.

            En los cafés, adornados con grandes y coloridos corazones rojos las parejas de jóvenes se besan sin casi dar tiempo a respirar, declarando a intervalos su amor eterno que quizá los vientos de marzo o los calores de mayo se los lleven lejos, muy lejos, al lugar donde llegan y se guardan las ilusiones fallidas, aquellas que quizá por falta de amor, o simultaneidad de este, falta de comunicación o miedo al matrimonio, los celos suelen ser también un motivo, esos amores que no pudieron ser, terminan en ese lugar que de rojo pación se transforma a morado de martirio o negro de odio.

            En febrero todo es rojo: amor, corazones, rosas y las cajas de los chocolates, todo huele a perfume y a miel, todo son suspiros y besos llenos de ilusión, deseo que cupido cuide de los tortolitos que en estos días ha unido de un flechazo, si no el San Valentín, si no al menos el acróbata de San Antonio que padece continuos dolores de cabeza…

 

9 de febrero de 2022

PASILLO DEL HUMO

 

 

 


 






 

            Cuando llegas, entras en un mundo alterno cuya atmosfera es surrealista cubierta casi en su totalidad de humo dando a es te extraño comedero un ambiente entre místico y mágico; es como entrar en otra dimensión, por ambos del corredor una serie de puestos venden como diminutas carnicerías tasajo al natural o enchilado, chorizo, tripas y cueros de cerdo fritos, cada uno de estos puestos tiene adjunto una pequeña parrilla para azar lo que les compras, todo al puro estilo oaxaqueño.

            Complementan los manjares y a manera de guarnición, los chiles de agua, las cebollitas de rabo, lechugas variadas, rabanitos, las tortillas blandas como ellos les llaman o tlayudas que son poco más delgadas y tostadas en comal sobre las brasas, claro que no pueden faltar los chapulines que son una delicia para los locales y todo un reto para los turistas.

            Aguas de frutas naturales, refrescos embotellados o claro que no podía faltar un buen mezcal acompañado de limón o naranja y sal con gusano de maguey; este pasillo del mercado un poco apartado del resto de los locales, es como cruzar un portal, trasladarte a otro lugar, como si salieras de la ciudad y estuvieras en la cocina de alguna de las cocinas de los típicos jacales de los caseríos desperdigados por las sierras y parajes apartados del estado, en las que se cocina con leña y las tortillas se hacen de maíz puro y muchos de lo que se come se  cosecha o recolecta en el monte.

            En esas casas la vida gira alrededor del fogón, es un mundo mágico de colores y sabores donde de postro puedes tomarte un tazón de espumoso chocolate en agua como es la tradición local o en leche si lo prefieres con su pan de yema para chopear en el chocolate.

            No necesitas más que un poco de hambre y una gran imaginación.