mis amigos

7 de noviembre de 2008

México Distrito Federal. II

La historia continua

Baje en la terminal zócalo para iniciar el recorrido en el centro del corazón de México, salgo a un costado de la fuente de la fundación de Tenochtitlan, donde me encuentro unos concheros (danzantes que se visten como los aztecas) preparándose para su representación de danzas y ofrendas aztecas, hacen limpias a algunas gentes para retirarles los males puestos y las malas vibras, también venden collares aretes y algunas otras artesanías realizadas por ellos, me recuerda que México es una amalgama de cultura viva en su gente y en los innumerables inmuebles que le han ganado el titulo de la ciudad de los palacios.

De pronto ante mis ojos aparece el imponente palacio nacional desde donde despacha el presidente de la república, en este recinto se alojan, amen de un sin fin de oficinas gubernamentales, un museo y en especial puedo ver los increíbles murales de Diego Rivera (esposo de Frida Kalo) decorando pasillos y escaleras, estos son un homenaje a la historia de México, haciendo hincapié en los pueblos indígenas representados en hermosas pinturas de monocromáticas al pie del resto de los frescos casi como dándoles un delicado encaje o marco, puedo pasar largo rato deleitándome y conociendo un poco mas de nuestra historia y de los ideales futuristas del pintor que plasmo en la enorme pared del descanso en las escaleras que suben al segundo piso; Sus ventanas tienen cristales esmerilados con la figura del águila devorando una serpiente que es centro de nuestro escudo nacional; desde el balcón central el presidente tradicionalmente da el grito de independencia los 15 de septiembre por la noche.

Frente al palacio el enorme Zócalo lugar donde concluyen todas las manifestaciones y donde se realizan variados eventos todo el año en cuyo centro se encuentra una enorme hasta bandera en el cual ondula la gigantesca bandera (que por cierto, recientemente fue nombrada la bandera mas bella del mundo), el Zócalo es considerado el ombligo de México.

México Distrito Federal.

México Distrito Federal

(Un viaje por la historia)

Recientemente viaje la capital de mi país ( el Distrito Federal), teniendo un poco de tiempo libre decidí perderme por los rincones no recorridos o visitados varios años atrás.

Perdido entre la gente que corre aprisa de un lado a otro tratando de ganar unos segundos su ya limitado tiempo; me propuse caminar lento trate de alimentar mis ojos con las bellas imágenes que a cada paso asaltan mis sentidos; no en balde es llamada la ciudad de los palacios. Ver tanto esplendor reunido en el centro histórico de nuestra augusta capital.

Decid iniciar el recorrido abordando el transporte colectivo popular por excelencia llamado metro (sistema de tren ligero), como venas irriga gente por toda la gran ciudad, en un día miles entran y sales cuan pequeñas hormigas en su hormiguero, resulta toda una experiencia viajar en el, primero la odisea al abordar en medio del mar de gente que pugna por salir y los que queremos entrar, una vez dentro te acomodas en cualquier rincón porque casi nunca es posible conseguir un asiento vacío. De pronto … en medio de la multitud amontonada sale un vendedor ofreciendo cosas, discos mp3, videos, revistas de pasatiempos, agujas, dulces y un sinfín de cosas mas, para todos los gustos y necesidades de viajeros a precios muy pero muy económicos; llamo mi atención que muchos se dan tiempo para leer un libro, llenar crucigramas, escuchar música, conversar alegremente, dar de comer al bebe que todavía no es destetado, algunas mujeres bordan delicadas costuras y claro no falta quien aprovecha el tiempo durmiendo una siestesita.

1 de septiembre de 2008

UN GNOMO por mi amigo Juan Pan

Había un rosal en el bosque, perdido entre un mar de tonos verdes y de sombras.

Arriba, las copas de los árboles dejaban entrever un cielo de añil en el que flotaban, como espuma, nubecillas blancas. Lo descubrí un día de primavera. De sus tallos espinosos se elevaba un capullo de rosa. Al instante me enamoré de él y cada día iba a verlo y a cuidarlo, procurando que ninguna rama le hiciera sombra y recibiera la luz del sol.

De vez en cuando llevaba agua y la regaba. Humedecía sus pétalos y sus hojas. La rosa se abrió y brilló con luz propia, siendo admirada por todas las plantas. Su belleza se comentaba hasta en los confines del bosque y todos deseaban conocerla.

Y la rosa dejó de sonreírme cuando acudía a verla. No deseaba que la asociaran conmigo: siempre fui un don nadie, pobre gnomo, anónimo e insignificante habitante del bosque, y me convertí en un estorbo para ella.

Un día, al intentar acariciar sus pétalos, me pinché con una espina oculta y manó sangre de mi dedo. Tanta, que me desangré a su lado y fui absorbido por la tierra que alimentaba sus raíces.

Hoy, convertido en escarabajo, camino por el subsuelo esquivando su mirada.

28 de junio de 2008

ESTO ES OAXACA

Los niños de Oaxaca aprenden música desde muy temprana edad, razón por la cual muchos de los pueblos cuentan con bandas de música de niños, jóvenes y adultos, trasmitiéndose el gusto por la música de generación en generación
Las múltiples iglesias nos permiten disfrutar de hermosos rincones dignos de una postal. Catedral es un ejemplo de ellas.
Las artesanías son una cualidad de Oaxaca y como ejemplo tenemos estas bellas figuras en madera que llevan el nombre de "alebrijes".
Otra de las artesanías son los tapetes en lana que toman sus colores de cosas naturales. algunos pueblos se dedican a realizar alguna artesanía en particular.
Los grandes canastos hechos a mano son una belleza admirada por propios y extraños. Esto y mucho mas es Oaxaca Ciudad colonial llena de tradiciones y hermosos rincones.

27 de mayo de 2008

soledades

Soledades

-o-

A mis soledades vengo

De mis soledades voy

Machado?

-o-

Hasta aquí he llegado

Buscando mi soledad

Muchos lados visitado

Sin poderla encontrar

-o-

Cada día la deseó

Como al ser amado

Cuando no esta a tú lado

Cuando sus ojos no ves

-o-

Le busque en el bullicio

En el bosque y el desierto

No la encontré y por cierto

Llegue a sacarme de quicio

-o-

Catedrales recorrí

Monasterios visité

Por el mundo intenté

Deseando estar en ti

-o-

El mundo entero yo vi

A mi pueblo regrese

En mi cuarto me encerré

Y hoy por fin te sentí

-o-

Soledad estas en mi

Ya no tengo que buscar

Siempre te puedo hallar

Dentro muy dentro de mi.

29 de abril de 2008

Pregunta

Levanto la mirada

Pidiendo mil respuestas

A duda preguntada

Dios siempre le da vueltas

- o -

Recorro los caminos

Mirando cosas nuevas

Que el hombre con sus manos

Transforma y les da forma

- o -

Visito universidades

Buscando nuevas ciencias

Todo son vanidades

Buscadas por inercia

- o -

Cada respuesta obtenida

Llega con nuevas dudas

Al paso que llevamos

No me alcanzara una vida

26 de marzo de 2008

Inocentes

Inocentes

- o -

Almas de inocentes

se elevan al cielo

cuan flotantes globos

con caritas sonrientes

- o -

Niños que fallecen

hoy en el mundo

mueren en abortos

o en los partos

- o -

Infantes hermosos

que a Dios visitan

dejando la tierra

y sus tristes cuitas

- o -

San Pedro les abre

las puertas contento

por cientos llegan

a adornar el cielo

4 de marzo de 2008

UTOPIA

Si la lluvia clonar pudiera

Y soltarla en los desiertos,

Por sequía nadie muriera

Su sed saciarían los sedientos

- o -

Si multiplicar los panes lograra

No más hambruna en el mundo

El pobre su hambre saciara

Tendrá pan hoy el vagabundo.

- o -

Que es solo utopía, lastima

La realidad es algo más triste

Sequías, inundaciones hoy viste

Que a todos nos quita la calma.

- o -

Los hombres vemos en África

Unos esqueletos vivientes

Una imagen muy tétrica

Para las generaciones siguientes.

26 de febrero de 2008

Vida loca

-o-

Creo que la vida esta loca,

Que anda el mundo al revés

Incierto puede ser lo que vez,

Al pasado volver nos provoca

-o-

Creo que el mundo aparenta

Que todo esta organizado

Que no existe desaguisado;

Que la naturaleza no se violenta

-o-

Creo que el hombre no imagina,

Que la madre naturaleza agoniza

Destrucción hoy es la premisa.

Flora y fauna diario se extermina

-o-

Creo que los niños que vendrán mañana

Un aire mas limpio Respirar merecen

Disfrutar los campos bellos que florecen

Puede ser posible si el hombre se afana

27 de enero de 2008

MONTAÑAS DE MONTERREY

Montañas de Monterrey

Las montañas de Monterrey son imponentes y majestuosas, acentúan la modernidad de la Ciudad industrial de México, no en balde es llamada la Ciudad de las montañas, prácticamente la zona conurbada es rodeada por cerros y sierras el imponente y mundialmente famoso cerro de la silla que debe su nombre por recordar una silla de montar a caballo, la sierra madre oriental con su inigualable paseo natural “El Chipinque” que es una zona de pinos muy bonita que con su agradable temperatura es todo un remanso los meses de intenso calor (junio- septiembre).

El cerro de las Mitras que igual debe su nombre por simular las mitras de los obispos. Otra gran cantidad de pequeños cerros embellecen al regia Ciudad, casi olvido la imponente Huasteca paseo rocoso que por las mañanas al recibir los primeros rayos del sol da la impresión de haber sido esculpida en mármol dando una armonía de tonos plata y gris incomparables.

El heroico cerro del Obispado, otero desde el cual se defendió la Ciudad de los invasores estadounidenses y durante la revolución, su fachada fue baleada también durante la guerra cristera.

Los cerros de Monterrey atraen a extraños y hacen suspirar a los propios cuando se encuentran alejados de su natal Ciudad.

18 de enero de 2008

Ven a mí

Ven a mí...

Andrés Henestrosa.

Nuestra Palabra.

El Nacional

10 de enero de 1990.

Ven a mí, acércate,

acércate más, más cerca.

Dame tu mano

y por el camino de mi mano

pásate y éntrate en mi corazón.

Escucha lentamente para que

puedas entender estas palabras

que en mis labios tiemblan.

Verás mis palabras caer en el aire,

como si fueran pequeñas balsas

próximas a naufragar su contenido.

Acógelas.

Sé tú como una blanda orilla de mar

a donde mis palabras recalaran.

Acércate más, más cerca.

Dame tu mano.

En mis historias encontrarás

lo que es limpio, lo que es bello,

lo que transparente brota de mí

como una flor.

Acógelas, sé tú como una blanda orilla,

donde mis palabras recalaran.

Acércate más, más cerca.

Pero ¡ay de mí!, si estando tú

en mi corazón, yo abro los ojos

y te busco en el viento y en la nube,

y otra vez me encuentro solo,

completamente solo bajo el viento.

17 de enero de 2008

Adiós Andrés Henestrosa

Adiós

Andrés Henestrosa

El pasado 10 de enero falleció el ilustre literato mexicano Andrés Henestrosa, pasaba ya de los 101 años, es una gran perdida para el mundo.

Nos deja el enorme legado de sus escritos diseminados por libros y revistas; apasionado de las letras y de la vida, defendió siempre a los indígenas mexicanos, en especial a los de su natal Oaxaca.

Andrés Henestrosa: el hombre que dispersó sus sombras

CLAUDIA GÓMEZ HARO


Al final de la vida sólo nos queda un poco de ceniza en la palma de la mano AH Andrés Henestrosa nació el 30 de noviembre de 1906 en el pueblo de San Francisco Ixhuatán, en el Istmo de Tehuantepec, en el seno de una familia donde conviven las tres sangres de México: la india, la blanca, la negra, además de la huave y la filipina. Andrés nos dice en las primeras líneas de su autobiografía inédita; "Soy un grito: el grito de Martina Henestrosa al darme a luz repentinamente". Nació a mediodía a la hora en que según algunos, vienen al mundo los locos. Su madre fue una importante presencia en él y de ella aprende el zapoteco, junto con las tradiciones y leyendas indígenas. En el rancho de la familia, entre Ixhuatán y el mar, vive sus primeros seis años en descalza libertad y salvajemente asombrado por el vasto horizonte y las maravillas de la naturaleza que lo rodea. Andrés Henestrosa llega a la ciudad de México el 28 de diciembre de 1922 a buscar a José Vasconcelos Calderón (1881-1959) entonces secretario de Educación Pública durante la presidencia de Álvaro Obregón, para pedirle una beca. Los primeros tiempos del joven Andrés en la ciudad fueron de aventura, azar, encuentros y lecturas afortunadas. Inicia sus estudios en la Escuela Nacional de Maestros, en la preparatoria y estudia leyes y letras en la universidad. A veces, sin tener qué comer, a veces sin saber dónde dormir, vive azarosamente. El pintor Manuel Rodríguez Lozano (1895-1971) y luego Antonieta Rivas Mercado (1900-1931) lo protegen y esta última lo lleva a vivir a su casa y lo introduce en la literatura y los clásicos. Todas estas selectas lecturas lo ayudan a consolidar el dominio del castellano. Es una etapa decisiva en su formación (desde 1927 hasta 1929). De ahí sale para encontrarse con José Vasconcelos, candidato a la Presidencia. En todos estos episodios Andrés sale a flote, como dice Adolfo Castañón, gracias a la vivacidad de su ingenio, su lengua afilada y su gusto por la vida, ¡tremendo hedonista! desde entonces. Su prodigiosa memoria de trovador deslumbraba en fiestas y convivios, declamando poemas y coplas con singular naturalidad y talento. En 1929, Henestrosa publica su legendario libro Los hombres que dispersó la danza. Veintiséis relatos ricos en sabiduría y magia, de los modernos zapotecos. Miguel León Portilla, en el prólogo del facsimilar de la edición príncipe de 1929, muy acertadamente nos habla de ese doble venero en que se nutre el alma de Andrés. En ese mismo año conoce a Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, Gilberto Owen, Celestino Gorostiza, Julio Castellanos, Julio Jiménez Rueda, entre otros. También en 1929 se inicia la campaña de Vasconcelos en busca de la Presidencia de la República, a la cual Henestrosa se une. Con su enorme ingenio, simpatía y humor se granjea simpatías, pero también enemistades. Recordemos cuando del presidente Pascual Ortiz Rubio dijo que "era un hombre tan calculador que hasta la tibia la tenía fría..." Otra anécdota muy simpática es cuando, según consigna Alfonso Reyes, en un concierto alguien le gritó a Carlos Chávez "¡Beethoven!", por su enorme parecido con el músico alemán y Henestrosa responde "qué hubiera pensado Beethoven si alguien le hubiese gritado ¡Chávez!..." En 1936, el jueves 18 de julio -día en que cae la República en España- Andrés Henestrosa, becado por la Fundación Guggenheim para realizar estudios acerca de la significación de la cultura zapoteca, sale del país a Estados Unidos donde conoce al antropólogo Franz Bloom, a quien, al volver a México le presenta a Gertrude. También en Nueva York se encuentra con Alfonso Reyes, Eugenio Florit y Jorge Mañach. Por esos años, Henestrosa hace amistad con muchos de los escritores refugiados republicanos que vienen a México. Esa otra Nueva España, compuesta por José Bergamín, León Felipe, Pedro Garfias, Juan Rejano, Francisco Giner de los Ríos, entre otros. También en estos tiempos frecuenta a Renato Leduc y Juan de la Cabada, con quienes comparte la vida bohemia y trasnochada. Trata familiarmente a Diego y Frida, a Rosa y Miguel Covarrubias, a quienes acompaña en sus viajes al istmo de Tehuantepec, "donde las mujeres visten almidonadas enaguas que revolotean al compás de las notas musicales de La Sandunga o La Llorona y bailan cadenciosamente con gracia y donaire elevándolas y luciendo sus más caras joyas".... En 1940, Andrés se casó con Alfa Ríos en Juchitán. Esa fiesta es una de las páginas más ricas en su vida y en las de la literatura mexicana. La ceremonia fue objeto de fantásticas crónicas, como la de Agustín Yáñez, descrita en Espejismo de Juchitán, y recordemos también a Luis Cardoza y Aragón, quien evoca esa "fiesta donde el ser mexicano cobra un aire de oriente..." Henestrosa se establece en México y trabaja incansablemente escribiendo en diversos periódicos y como profesor de literatura mexicana e hispanoamericana. Alfa fue su compañera de aventuras, su apoyo y pilar de esa casa poblada de innumerables libros, cuadros, ecos y huellas de amigos entrañables, como Miguel Covarrubias y Pablo Neruda. Su territorio común se afirma y amplía cuando en 1941 nace Cibeles Henestrosa Ríos, hija única de ambos, quien con gran devoción se ocupa del escritor, una vez fallecida su madre, convirtiéndose en su fiel compañera hasta el día de su muerte. En 1964 Henestrosa ingresa a la Academia Mexicana de la Lengua. El tema de su lectura de ingreso fue Los hispanismos en el idioma zapoteco, discurso que es, como bien dice Adolfo Castañon, también miembro de número de la Academia, un alarde de conocimiento profundo de los pliegues y repliegues de que está hecha la identidad cultural y lingüística mexicana. Al mismo tiempo, el texto sienta las bases para su futuro proyecto: la redacción de un vocabulario zapoteco-español/español-zapoteco que no se había hecho desde la Colonia, con fray Juan de Córdoba. No en balde solía decir: "Aún sueño y maldigo en zapoteco". Es uno de los últimos juglares, malabarista de la palabra y escritor de poemas, ensayos, canciones y corridos. Si bien la mayoría de las antologías poéticas no han sabido incluir sus versos, la tradición popular ha recogido sus poemas musicados, como La Martiniana, La Paulina, La Vicenta, La Ixhuateca, Los juchitecas: oro, coral y bambú, La Llorona, interpretados entre otros por Álvaro Guerra, el Trío Montalbán, Tehua, Susana Harp, Georgina Meneses, Lila Downs. Tenemos también que mencionar su importantísima labor como periodista y cronista. Escribe más de 20 mil artículos en columnas y secciones como "Alacena de minucias", "Reloj literario", "Divagar" en diarios como Novedades, Excélsior, El Universal, El Día, El Popular, unomásuno... Su labor de periodista esta ligada a su tarea como editor y bibliófilo. No sólo dirigie y fundó revistas o colecciones como Neza, Didza, La letras patrias, Mar abierto, El libro y el pueblo, sino como editor también hace posible la serie de Bibliófilos oaxaqueños, la Colección Mar Abierto y los libros del Fondo Bruno Pagliai. Su infatigable tarea de erudición, bibliofilia e historia lo llevan a ser uno de los escritores mexicanos que con mayor profundidad y conciencia conocien y dominan la memoria mexicana de la cual es portador y depositario. En 1946, Henestrosa se afilia al PRI y dirige el departamento de Literatura del INBA de 1952 a 1958. Fue diputado federal de 1958 a 1961 y de 1964 a 1967. Hace su campaña política en Oaxaca y la mayoría de las veces se dirige a los indígenas en lengua zapoteca -la única que muchos entienden. Vale recordar que cuando se afilia al PRI es severamente criticado por sus amigos progresistas de izquierda, ya que Henestrosa había sido un hombre de avanzada que entre otras cosas dirigió en sus primeros tiempos el Boletín cultural editado por la embajada soviética en México. La carta dirigida a Griselda Álvarez -amiga de aquellos días en los cuales Juan Rejano dirigía el suplemento literario de El Nacional- titulada "Los cuatro abuelos", es algo más que una respuesta a esas críticas, es una joya poética. Miguel Ángel Porrúa, amigo y editor de Andrés, acertadamente comenta en el documental realizado por la Fundación Pro Academia Mexicana de la Lengua en conmemoración de sus cien años, que entre lo más bello de la obra literaria de Henestrosa está su epistolario. Entre 1982 y 1988 es senador de la República, pero en el orden político lo que el escritor siempre desea es ser gobernador de Oaxaca. En alguna ocasión comentó: "creo que una buena administración pública vale más que la mejor novela..." Para Henestrosa ahí se juntan sus dos grandes repúblicas: la literaria y la política. Sabía que Oaxaca no podía más: " Es una tierra maravillosa, llena de ríos, de montañas, y como dice la canción, 'da el oro y la espiga, el mármol y el laurel', rica en música, danza, ceremonias, allá hasta los entierros son alegres... pero Oaxaca ya no puede más... En 1992 recibe el Premio Internacional Alfonso Reyes; en 1993, la medalla al Mérito Benito Juárez, entre muchos premios, reconocimientos y galardones. En 2001, Andrés Henestrosa entrega a la ciudad de Oaxaca su vasta biblioteca -unos 40 mil volúmenes. Sin embargo resguarda un ejemplar que para él era la "joya de la corona" de su amplia biblioteca: Los versos sencillos, de José Martí, en una edición "príncipe", dedicada de puño y letra, al escritor mexicano Manuel Gutiérrez Nájera, para después, a fines de 2001, donarlo a la Biblioteca Nacional de La Habana. Tuve el privilegio de acompañarlo al homenaje que se le hizo en La Habana por tan generosa donación: "Ahora que lo entrego siento que se desprende de mi corazón un pedazo de mi vida. Doy esta joya a Cuba, que es para mí una segunda patria, y en correspondencia a Martí, quien tuvo en México una de sus patrias". En 2006, Andrés Henestrosa cumple cien años y es celebrado y homenajeado durante todo el año. "No está en mis planes morir", comentó. Y es cierto; el narrador, periodista, político y poeta se había convertido ya en un "árbol centenario" de gran lozanía y lucidez que estaría con nosotros para siempre. "Amo, sufro y espero, igual que todos los hombres. Pero, ¿qué espero? Nada, y como la nada no existe, existiré yo", afirmó el autor de Los hombres que dispersó la danza en aquel homenaje que por sus 100 años le hicimos en Casa Lamm con la Fundación Pro Academia Mexicana de la Lengua. Lo que más le gustó fue vivir y no perdió ningún día de su vida. "No hay cosa que más ame que la vida, ni situación que más tema que la muerte... pero tenemos que morir, por eso debemos jugar al escondite con la muerte, burlarla hasta darle la vuelta... No pienso morirme, no está en mis planes, está descartado". El argentino Leopoldo Lugones escribió: "Pasó Grecia, pero quedó Homero. Los pueblos pasan, pero los hombres que dijeron una palabra hermosa, que dijeron una verdad, esos se quedan". Y Andrés Henestrosa, el hombre que durante más de un siglo dispersó sus sombras... quedará por siempre en nuestros corazones. Querido Andrés, descansa en paz.