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7 de marzo de 2012

El abuelo (capitulo 2)








Capitulo 2

                El abuelo se sentó en una piedra a la orilla de la cuesta y estuvo largo rato viendo en el valle la imponente ciudad, con sus ojos cansados trato de encontrar la pequeña choza familiar donde se queda su familia a quienes quiere con todas su corazón, casi no se da cuenta del tiempo transcurrido pero de pronto siente que ya es hora de seguir el camino, sabe que ya no puede  retornar; de aquí en adelante se basará tan solo en lo que tantas veces le contara su abuelo antes de partir.
                Enciende un ocote de los que encontró en el camino y que recogió sabiendo que los necesitaría al avanzar  en su jornada, echa un vistazo por última vez a los bellos templos dedicados a los dioses a quienes pide permiso para adentrarse en el inframundo que inicia precisamente al entrar en la cueva, es el reino de los señores de la muerte y de la noche a ellos pide la venía para esta difícil travesía.
                Después de respirar hondo como agarrando valor camina con paso firme entrando en la oscuridad, a medida que avanza se sorprende al ver la fidelidad de los detalles que le contara su abuelo y recuerda que cada que le contaba de este recorrido siempre repetía “hijo mío querido, recuerda que en la vida solo una cosa tenemos segura y esa es la muerte”.
                Hubiera podido seguir el camino hasta sin la ayuda de la tea porque todo coincidía con la narración tantas veces escuchada; Camino en línea recta por casi doscientos metros luego trepo  una gran roca e inició el descenso por un camino que serpentea a la derecha se maravilla al ver en los muros de la gruta las viejas pinturas que plasmaron los antepasados hace ya muchos pero muchos años, por un buen rato las contemplo y recordó que el abuelo le contara que esas pinturas fueron hechas por los primeros pobladores que llegaron a estas tierras y las dejaron para recordarnos que llegaron aquí después de un largo peregrinar y decidieron quedarse precisamente en nuestras tierras porque vieron que eran buenas y en ellas encontraron el sagrado regalo del maíz manjar que los dioses dejaron para nuestros pueblos.
                Mas allá al rodear una gran roca encuentra el pequeño manantial que le contaran es la única fuente de agua en todo el reino del Mictlan tomo un poco de agua y lleno su guaje para seguir el camino seguro que su destino no estaba lejos, cantando la vieja tonada tantas veces escuchada, limpio del polvo sus guaraches porque estaba por entrar a la parte más sagrada  del reino de los muertos, clavo de nuevo la espina en su cuerpo para purificarse y merecer estar en tan santo lugar.
                Tras una pequeña curva encontré que la cueva se divide en siete tiros, sabe de los peligros que les esperan si toma el camino equivocado pero el recuerda como si fuera en ese momento las instrucciones recibidas, Has de seguir por la quinta cueva que es la que te lleva salvo a tu destino, los demás son peligrosos y puedes hallar la muerte antes de que llegue tu tiempo y tu peregrinar será infructuosos si no llegas a ver a todos  los abuelos que han partido a través de los años.
                Sonríe, suspira y se encamina a la bifurcación quinta….

(Fin capitulo 2)

4 comentarios:

José Ramón dijo...

Mario linda entrada saludos desde…
Abstracción textos y Reflexión.

JUAN PAN GARCÍA dijo...

Misteriosa entrada, me encanta. Esperola tercera parte. Un abrazo

escribes conmigo dijo...

Gracias José Ramón
por la visita,
Feliz Domingo

Mario

escribes conmigo dijo...

Que bueno que ya estas mejor
es un gusto verte de nuevo por aquí.

Hasta pronto Mario.