mis amigos

8 de mayo de 2012

la visita



Hoy, me visitaron los recuerdos 
pero les cerré la puerta 
no quiero que se queden 
y termine sin vivir el presente. 

2 de mayo de 2012

es triste




Cuando la belleza de una flor 
nos es indiferente
cuando la sonrisa de un niño
pasa desapercibida  
cuando el ocaso 
no despierta admiración

El mundo se llena de tristeza 

25 de marzo de 2012

El abuelo Cuarta y última parte







Capitulo 4

Despertó  sobresaltado no tenía idea del tiempo transcurrido solo sintió que sus fuerzas se habían recuperado algo y subió de nuevo con sus dioses y después de flagelarse de nuevo con la espina de maguey  dejando caer su sangre en los últimos papeles que le quedaban en su morral alimento con ellos y un poco de copal los braseros coloco de nuevo chapopote todo lo que le quedaba el humo formo una densa capa de humo en el techo de la caverna limpio del polvo las esculturas de las deidades y derramo un poco de su sangre en sus rostros como ofrenda de purificación y esperando pagar con ella su camino al paraíso esperado, coloco también  un pedazo de Jade en si pecho para pagar al porteador del paraíso, de nuevo aromatizo con hierbas acromáticas, cargo con su tea apagada para encenderla de nuevo en caso de ser necesario.
Bajo con mucho trabajo, la debilidad de su cuerpo y la falta de oxigeno le ocasiona mareo, tiene que detenerse un rato respirar profundo para poder continuar está seguro que su final no tarda mucho, saca fuerza de sus huesos viejos y cansados, camina lento hasta la manta donde estuviesen los restos que acomodara junto a los otros, toma la cobija la sacude y con cuidado se acomoda lo más cómodo posible, agotado por tanto esfuerzo se cubre un poco con la manta de los lados, cierra sus ojos lentamente.
De pronto los recuerdos llegan como si hubiesen sucedido ayer, vio todos los rostros de los familiares que partieron antes que él, y a todos los que dejo allá abajo en la ciudad; recodó despacio toda su vida desde su niñez en el campo porque el proviene de una familia de campesinos no tenía derecho a asistir a la escuela por lo tanto todo lo que aprendió sobre la siembra fue  a través de los mayores de la familia, en especial su abuelo que siempre trató de prepararlo para la vida y para cuando llegase el momento de la muerte.
Fue su abuela quien le enseño casi todo sobre los dioses y las maneras de tenerlos contentos, su padre le enseño sobre el calendario de cuando sembrar y cuando cosechar, vino a su mente sus años mozos en los que se consolido como miembro de la comunidad de agricultores después de haberse unido a la madre de sus hijos, fueron años felices los vividos al lado de su mujer porque las lluvias so llegaron siempre a tiempo y en ocasiones fueron tan abundantes que poco se salvo de las cosechas.
Poco a poco llego el sueño y tras él los dioses de la muerte lo tomaron en su regazo.         
                

18 de marzo de 2012

El abuelo (capitulo 3)





Capitulo 3
                No quiere arriesgar a explorar los demás caminos peor aún después de las advertencias hechas por su abuelo y de los muchos peligros que sabe acechan en cada uno de los caminos restantes, la respiración le falta un poco… él sabe que su final está cerca.
                Baja por una empinada cuesta, el frío y la humedad aumentan a medida de avanza ya no es mucho lo que falta por andar, llega a un área espaciosa y poco accidentada, salvo por unos no muy altos desniveles recorre despacio la orilla y se asombra de como todo concuerda justo con los detalles  descritos por su tata grande,  impaciente por llegar ante el altar de los dioses de la noche y presentar su ofrenda, de pronto sus pies cansados tropiezan con algo que por ver las intrincadas formaciones de la cueva se olvido de mirar al  suelo, baja la tea para iluminar el objeto que se atraviesa en su camino, de momento se sobresalta al ver que son los huesos de alguno de los pobladores de su pueblo, con cuidado los rodeo y continuo caminando, a los pocos pasos sus ojos se maravillaron con el templo (pirámide) que venía buscando, todo pintado en colores rojo y negro y con las esculturas de los dioses del inframundo y cuatro grandes incensarios orientados uno a casa punto cardenal.
                Limpió sus pies  y subió  con reverencia y fervor los cinco escalones que lo separaban de sus deidades prendió fuego en los incensarios, quemo en ellos copal junto con algunas flores y plantas aromáticas, de inmediato impregnaron el ambiente  saco de su morral unos pedazos pequeños de chapopote y los hecho en los cuatro braseros seguro que con eso la luz se prolongaría por más tiempo.
                Con toda aquella luz pudo observar la toda magnitud de aquella enorme gruta, vio como en una oquedad en la pared se encontraban acomodados con sumo cuidado los huesos de todas las generaciones pasadas y en uno de los montículos vio sobre una manta otro esqueleto, quizá de uno de los últimos en llegar a ofrendar su vida a los dioses para que la vida continúe y el equilibrio de los días y las noches no se pierda el humo del copal y el chapopote lo hacían toser, coloco mas hiervas aromáticas para respirar algo más grato.
                Después de sus plegarias y ofrendas, despacio cansado por la travesía, su edad y la falta de oxigeno descendió de la pequeña pirámide se sentó a comer parte de los escasos alimentos que cargo desde el Jacal, descanso un buen rato no tenía idea del tiempo transcurrido antes de entrar a la cueva pudo calcula que eran aproximadamente las seis de la tarde pero ahora metido en aquel mundo de los dioses perdió la idea de las horas o días transcurridos.
Fue hacia el montículo donde se encontraban los restos sobre la manta, con respeto y veneración los recogió con sumo cuidado los coloco junto a los demás restos siguiendo el mismo orden que llevaban los demás, lo mismo hiso con los que tropezó a su llegada a la sala (seguro de alguien que venía más débil que él y que no pudo llegar hasta  el adoratorio) pidió a los dioses por él y por su familia.
Agotado por tan larga jornada se acomodo en una roca para descansar contemplando la pirámide y a sus dioses por largo rato, retomando fuerza, poco a poco sus ojos se fueron cerrando.

(Fin capitulo 3)

7 de marzo de 2012

El abuelo (capitulo 2)








Capitulo 2

                El abuelo se sentó en una piedra a la orilla de la cuesta y estuvo largo rato viendo en el valle la imponente ciudad, con sus ojos cansados trato de encontrar la pequeña choza familiar donde se queda su familia a quienes quiere con todas su corazón, casi no se da cuenta del tiempo transcurrido pero de pronto siente que ya es hora de seguir el camino, sabe que ya no puede  retornar; de aquí en adelante se basará tan solo en lo que tantas veces le contara su abuelo antes de partir.
                Enciende un ocote de los que encontró en el camino y que recogió sabiendo que los necesitaría al avanzar  en su jornada, echa un vistazo por última vez a los bellos templos dedicados a los dioses a quienes pide permiso para adentrarse en el inframundo que inicia precisamente al entrar en la cueva, es el reino de los señores de la muerte y de la noche a ellos pide la venía para esta difícil travesía.
                Después de respirar hondo como agarrando valor camina con paso firme entrando en la oscuridad, a medida que avanza se sorprende al ver la fidelidad de los detalles que le contara su abuelo y recuerda que cada que le contaba de este recorrido siempre repetía “hijo mío querido, recuerda que en la vida solo una cosa tenemos segura y esa es la muerte”.
                Hubiera podido seguir el camino hasta sin la ayuda de la tea porque todo coincidía con la narración tantas veces escuchada; Camino en línea recta por casi doscientos metros luego trepo  una gran roca e inició el descenso por un camino que serpentea a la derecha se maravilla al ver en los muros de la gruta las viejas pinturas que plasmaron los antepasados hace ya muchos pero muchos años, por un buen rato las contemplo y recordó que el abuelo le contara que esas pinturas fueron hechas por los primeros pobladores que llegaron a estas tierras y las dejaron para recordarnos que llegaron aquí después de un largo peregrinar y decidieron quedarse precisamente en nuestras tierras porque vieron que eran buenas y en ellas encontraron el sagrado regalo del maíz manjar que los dioses dejaron para nuestros pueblos.
                Mas allá al rodear una gran roca encuentra el pequeño manantial que le contaran es la única fuente de agua en todo el reino del Mictlan tomo un poco de agua y lleno su guaje para seguir el camino seguro que su destino no estaba lejos, cantando la vieja tonada tantas veces escuchada, limpio del polvo sus guaraches porque estaba por entrar a la parte más sagrada  del reino de los muertos, clavo de nuevo la espina en su cuerpo para purificarse y merecer estar en tan santo lugar.
                Tras una pequeña curva encontré que la cueva se divide en siete tiros, sabe de los peligros que les esperan si toma el camino equivocado pero el recuerda como si fuera en ese momento las instrucciones recibidas, Has de seguir por la quinta cueva que es la que te lleva salvo a tu destino, los demás son peligrosos y puedes hallar la muerte antes de que llegue tu tiempo y tu peregrinar será infructuosos si no llegas a ver a todos  los abuelos que han partido a través de los años.
                Sonríe, suspira y se encamina a la bifurcación quinta….

(Fin capitulo 2)

29 de febrero de 2012

El abuelo






El  abuelo

                El abuelo lleno su morral con lo que encontró de comida en el jacal lleno de agua el guaje y salió, fuera es todavía de noche y las estrellas brillan en el firmamento, se detiene unos segundos y suspira larga y penosamente, inicia el  camino despacio no tiene la mayor prisa  seguro que no llegara tarde como no lo ha hecho a lo largo de toda su vida.
                Conoce perfectamente el camino y sin temor a perderse se aleja de las chozas donde viven parientes y amigos, con algo de sacrificio despacio sube la empinada cuesta que lo llevara a su destino.
                El hambre le gruñe las tripas y la garganta se seca pero en el jacal no había querido comer ni beber para no despertar a los que dormían y poder salir sin que le pregunte a donde va o que lo disuadan del viaje a realizar, seguirá el recorrido que su abuelo le enseñara y que nunca olvido seguro que algún día tendría que recorrerlo solo, comerá más tarde tienen que hacer rendir las provisiones  porque el viaje es largo y sus fuerzas han menguado con el pasar de los años. 
                El abuelo hace un descanso para retomar las fuerzas y se sienta en una piedra grande, desde ahí puede ver la gran ciudad que brilla con los rayos del alba, la mira orgulloso de haber  nacido y crecido en ella; contempla como sale el humo de sus hogares y como poco a poco su calles se llenan de gente, la vida y el colorido alegran sus ojos por unos minutos.
                Suspira profundamente y retoma el andar, a medida que la cuesta es más pesada sus pasos se tornan torpes y lentos, el sol comienza a calentar y su cansado cuerpo pide agua para refrescarse pero el haciendo uso de su fuerza de voluntad sigue el camino cantando la vieja canción de cuna que le cantara su madre para hacerle dormir cuando era pequeño.
                Han transcurrido poco más de tres horas y los descansos  se han hecho necesarios para que su cuerpo enfermo y cansado retome fuerza y siga adelante, sabe que el fin del viaje es cada vez más cerca, de pronto siente deseos de regresar, desandar el camino y volver a casa, con los suyos quedarse con ellos unos días más antes de partir, mueve su cabeza y piensa que ya no puede prolongar lo inaplazable.
                Mas adelante corta una espina de maguey  y por primera vez siente temor por lo que le aguarda al llegar al final del camino, su paso es cada vez más lento y cansado, se distrae un poco al ver una liebre que corre velos al verle pasar, escucha entre la maleza el inconfundible sonido del cascabel de la serpiente pero nada de eso  detiene su andar es tan viejo que una serpiente no le asusta mas.
                Por fin llega a un pequeño plano en el camino que forma la entrada a una gran caverna porteando la entrada ve los restos de dos pequeñas fogatas, busca un poco de hierba seca y algunas ramas un poco más gruesas, enciende fuego sobre los restos de las fogatas anteriores, tatema la espina de maguey y saca de su morral unos pedazos de papel delgado preparando  el último sacrificio que hará a los dioses pidiendo por su familia y por la gloria de su pueblo natal, con valor clava la espina  en los lóbulos de sus orejas dejando caer la sangre en los trozos de papel, repite la operación clavándola entre uña y dedo de los diez dedos de ambas manos, la clava en su lengua y por último en su pene sin dejar de mojar los papeles con su sangre, envuelve con ellos algunos pedazos de copal que después arroja al fuego, durante todo este ritual sus oraciones pidiendo por su familia y por que los dioses le envíen fuerza para terminar con lo iniciado.
                En el pueblo la vida transcurre sin muchas variantes solo en casa del abuelo sus hijos observan las dos pequeñas columnas de humo en lo alto de la montaña.

(esta historia continuara )
                

21 de febrero de 2012

El rosal









El rosal


 Rosal que en la esquina estas
Sembrado en una lata podrida
En el patio que mi madre cuida
  Cacharos viejos son las macetas


 Tu rosal de flores  hermosas
Todo el año eres un primor
Tus rosas grandes y olorosas
 Llenas mi corazón de  amor


Eres recuerdo de mi infancia
Siempre en aquel feo rincón
 Tus flores me dan la fragancia
De color rojo como la pación


En la casa  pequeño remanso
Este jardincito que mi madre
Cultiva con un cariño inmenso
Orgullo también de mi padre


17 de febrero de 2012

migrantes






      Se formó un ejercito de migrantes  que llevan en el rostro las angustias de futuro incierto, que llevan en su cuerpo las vejaciones que deja el caminar por desiertos, la constante zozobra de los peligros al cruzar ilegalmente las fronteras.
      Son de barro para recordar la fragilidad de nuestras vidas y la igualdad de todos los seres humanos.

1 de febrero de 2012

atardecer




      El ver el ocaso a la orilla del mar es algo que me llena profundamente de emoción.


vivo un grato momento
que la vida me regala 
dejo el ingrato tormento 
que tu dejaste en mi alma.