De pronto la altiva palmera se asusto al verse reflejada en aquel charco de agua producto de la lluvia que todavía no cesa, se contempla detenidamente como que algo no le acaba de gustar de la imagen que ve, piensa por largo rato viendo sus hermosas hojas moviéndose al viento, se divierte al ver al pequeño pajarito posarse en una de ellas y siente un pequeño cosquilleo, al retirarse el ave retoma su reflexión... ¿que es lo que no le gusta de su imagen reflejada.
Por fin después de pensarlo y repensarlo varias veces se da cuenta que lo que no le termina de gustar es que ella se ve algo corta y gorda porque ella siempre se ha visto como la mas alta y esbelta de todo aquel paseo.