
Recién llegue de un hermoso paseo que me llevo de el casi desierto que es Oaxaca a el bosque alto, Zona de cafetales y de pueblos mayas, frío el lugar y el café delicioso, bajamos a la selva y sus pirámides, la gente es un vestigio arqueológico viviente hablando su lengua tzotzil o tzetzal.
El agua abunda en esta zona y caprichosas caídas son mas que impresionantes son armonía y música para los oídos, te mueve al relax y te pone un tanto en paz contigo mismo, son un lugar donde la expresión "el verde es vida" es perfectamente aplicada.
Misol-ha es el nombre de esta caída de agua impresionante desde el momento que escuchas el rumor de sus aguas al caer a lo lejos, todavía no ves el agua y ya sientes su hermosa majestuosidad, de pronto aparece a lo lejos y algo en tu interior te mueve apresurarte, sientes una necesidad de estar cerca de extasiarse con su belleza.
Frente a ella no puedes mas que contener el aliento, la abundancia de agua y la exuberante vegetación asaltan los sentidos, a un lado unas cabañas que se antojan soñadas pero que cada vez que voy pienso," la próxima vez me quedo al menos una noche".
Terminado el asombro caminas por el sendero que pasa justo tras de la cascada es una experiencia única no te importa mojarte un poco y tomas las precauciones por el piso mojado y resbaladizo, no te quieres retirar de la cortina de agua pero haciendo un esfuerzo regresas los pasos hasta el punto del primer encuentro y mas por el tiempo que el conductor nos designo para este lugar paradisiaco que por deseos das la espalda y emprendes el camino al estacionamiento, claro ... al poco caminar vuelves la cabeza para contemplar una vez mas la soñada Misol-ha.