mis amigos

29 de febrero de 2012

El abuelo






El  abuelo

                El abuelo lleno su morral con lo que encontró de comida en el jacal lleno de agua el guaje y salió, fuera es todavía de noche y las estrellas brillan en el firmamento, se detiene unos segundos y suspira larga y penosamente, inicia el  camino despacio no tiene la mayor prisa  seguro que no llegara tarde como no lo ha hecho a lo largo de toda su vida.
                Conoce perfectamente el camino y sin temor a perderse se aleja de las chozas donde viven parientes y amigos, con algo de sacrificio despacio sube la empinada cuesta que lo llevara a su destino.
                El hambre le gruñe las tripas y la garganta se seca pero en el jacal no había querido comer ni beber para no despertar a los que dormían y poder salir sin que le pregunte a donde va o que lo disuadan del viaje a realizar, seguirá el recorrido que su abuelo le enseñara y que nunca olvido seguro que algún día tendría que recorrerlo solo, comerá más tarde tienen que hacer rendir las provisiones  porque el viaje es largo y sus fuerzas han menguado con el pasar de los años. 
                El abuelo hace un descanso para retomar las fuerzas y se sienta en una piedra grande, desde ahí puede ver la gran ciudad que brilla con los rayos del alba, la mira orgulloso de haber  nacido y crecido en ella; contempla como sale el humo de sus hogares y como poco a poco su calles se llenan de gente, la vida y el colorido alegran sus ojos por unos minutos.
                Suspira profundamente y retoma el andar, a medida que la cuesta es más pesada sus pasos se tornan torpes y lentos, el sol comienza a calentar y su cansado cuerpo pide agua para refrescarse pero el haciendo uso de su fuerza de voluntad sigue el camino cantando la vieja canción de cuna que le cantara su madre para hacerle dormir cuando era pequeño.
                Han transcurrido poco más de tres horas y los descansos  se han hecho necesarios para que su cuerpo enfermo y cansado retome fuerza y siga adelante, sabe que el fin del viaje es cada vez más cerca, de pronto siente deseos de regresar, desandar el camino y volver a casa, con los suyos quedarse con ellos unos días más antes de partir, mueve su cabeza y piensa que ya no puede prolongar lo inaplazable.
                Mas adelante corta una espina de maguey  y por primera vez siente temor por lo que le aguarda al llegar al final del camino, su paso es cada vez más lento y cansado, se distrae un poco al ver una liebre que corre velos al verle pasar, escucha entre la maleza el inconfundible sonido del cascabel de la serpiente pero nada de eso  detiene su andar es tan viejo que una serpiente no le asusta mas.
                Por fin llega a un pequeño plano en el camino que forma la entrada a una gran caverna porteando la entrada ve los restos de dos pequeñas fogatas, busca un poco de hierba seca y algunas ramas un poco más gruesas, enciende fuego sobre los restos de las fogatas anteriores, tatema la espina de maguey y saca de su morral unos pedazos de papel delgado preparando  el último sacrificio que hará a los dioses pidiendo por su familia y por la gloria de su pueblo natal, con valor clava la espina  en los lóbulos de sus orejas dejando caer la sangre en los trozos de papel, repite la operación clavándola entre uña y dedo de los diez dedos de ambas manos, la clava en su lengua y por último en su pene sin dejar de mojar los papeles con su sangre, envuelve con ellos algunos pedazos de copal que después arroja al fuego, durante todo este ritual sus oraciones pidiendo por su familia y por que los dioses le envíen fuerza para terminar con lo iniciado.
                En el pueblo la vida transcurre sin muchas variantes solo en casa del abuelo sus hijos observan las dos pequeñas columnas de humo en lo alto de la montaña.

(esta historia continuara )
                

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hpla Mario.
Muy interesante esta histora, no quiero perderme la continuación, ya he leido acerca de esta tradición antigua y hay muchas cosas del pasado que desconocemos.
Un abrazo.
Ambar.

María Susana Dall Occhio Pais dijo...

interesante historia principalmente porque aún continuará.Espero por supuesto
Un beso!

escribes conmigo dijo...

Ambar:

Ya esta la segunda parte y la cosa apenas se pone buena.

Hasta pronto Mario

escribes conmigo dijo...

Susy:
Ya llego la continuación y l cosa todavía sigue.

Hasta pronto Mario