Capitulo 2
El
abuelo se sentó en una piedra a la orilla de la cuesta y estuvo largo rato
viendo en el valle la imponente ciudad, con sus ojos cansados trato de
encontrar la pequeña choza familiar donde se queda su familia a quienes quiere
con todas su corazón, casi no se da cuenta del tiempo transcurrido pero de
pronto siente que ya es hora de seguir el camino, sabe que ya no puede retornar; de aquí en adelante se basará tan solo
en lo que tantas veces le contara su abuelo antes de partir.
Enciende
un ocote de los que encontró en el camino y que recogió sabiendo que los
necesitaría al avanzar en su jornada,
echa un vistazo por última vez a los bellos templos dedicados a los dioses a
quienes pide permiso para adentrarse en el inframundo que inicia precisamente
al entrar en la cueva, es el reino de los señores de la muerte y de la noche a
ellos pide la venía para esta difícil travesía.
Después
de respirar hondo como agarrando valor camina con paso firme entrando en la
oscuridad, a medida que avanza se sorprende al ver la fidelidad de los detalles
que le contara su abuelo y recuerda que cada que le contaba de este recorrido
siempre repetía “hijo mío querido, recuerda que en la vida solo una cosa
tenemos segura y esa es la muerte”.
Hubiera
podido seguir el camino hasta sin la ayuda de la tea porque todo coincidía con
la narración tantas veces escuchada; Camino en línea recta por casi doscientos
metros luego trepo una gran roca e
inició el descenso por un camino que serpentea a la derecha se maravilla al ver
en los muros de la gruta las viejas pinturas que plasmaron los antepasados hace
ya muchos pero muchos años, por un buen rato las contemplo y recordó que el
abuelo le contara que esas pinturas fueron hechas por los primeros pobladores
que llegaron a estas tierras y las dejaron para recordarnos que llegaron aquí después
de un largo peregrinar y decidieron quedarse precisamente en nuestras tierras
porque vieron que eran buenas y en ellas encontraron el sagrado regalo del maíz
manjar que los dioses dejaron para nuestros pueblos.
Mas
allá al rodear una gran roca encuentra el pequeño manantial que le contaran es
la única fuente de agua en todo el reino del Mictlan tomo un poco de agua y
lleno su guaje para seguir el camino seguro que su destino no estaba lejos,
cantando la vieja tonada tantas veces escuchada, limpio del polvo sus guaraches
porque estaba por entrar a la parte más sagrada del reino de los muertos, clavo de nuevo la
espina en su cuerpo para purificarse y merecer estar en tan santo lugar.
Tras
una pequeña curva encontré que la cueva se divide en siete tiros, sabe de los
peligros que les esperan si toma el camino equivocado pero el recuerda como si
fuera en ese momento las instrucciones recibidas, Has de seguir por la quinta
cueva que es la que te lleva salvo a tu destino, los demás son peligrosos y
puedes hallar la muerte antes de que llegue tu tiempo y tu peregrinar será
infructuosos si no llegas a ver a todos los abuelos que han partido a través de los
años.
Sonríe,
suspira y se encamina a la bifurcación quinta….
(Fin capitulo 2)
4 comentarios:
Mario linda entrada saludos desde…
Abstracción textos y Reflexión.
Misteriosa entrada, me encanta. Esperola tercera parte. Un abrazo
Gracias José Ramón
por la visita,
Feliz Domingo
Mario
Que bueno que ya estas mejor
es un gusto verte de nuevo por aquí.
Hasta pronto Mario.
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